lunes, 21 de marzo de 2011

Qué es el Ágora? Mapas conceptuales

Formulábamos antes la pregunta por el Ágora griega: qué era, cómo era. Un primer resultado de la investigación de los alumnos de 4to humanidades lo vemos ahora: una serie de mapas conceptuales, esquemas, diagramas elaborados de forma personal y luego trabajados en el aula para llegar a un esquema final.
El resultado, en esta revistita. Gracias a todos por el trabajo!



Para descargar sólo el mapa conceptual elaborado en el aula en forma conjunta:

domingo, 20 de marzo de 2011

Actividad – 4º B: Esquema básico de la comunicación

image ACTIVIDAD PARA ENTREGAR EL DÍA MARTES 29 DE MARZO DE 2011:

Objetivo: Identificar los elementos del esquema básico de la comunicación en diferentes situaciones relacionadas tanto a la Visión Esquemática como a la Visión Interpretativa de la comunicación.

Consiga:

  1. Buscar dos imágenes diferentes en las que cada una muestre una situación de comunicación. Una imagen debe ser entre dos personas sin intermediarios; y la otra debe ser con algún medio tecnológico (computadora, TV, radio teléfono, celular, etc.) como canal.
  2. Identificar en cada imagen todos los elementos del esquema básico de la comunicación (los tienen en el apunte y también en la imagen de arriba).
  3. ¿Qué diferencias o semejanzas existen entre los elementos del esquema de la comunicación de una imagen y los de la otra? Analizar elemento por elemento (Por ejemplo: En la imagen 1 el emisor es una persona y en la 2 es una máquina).

Deberá entregarse en una hoja pasado en computadora, con la imagen en primer lugar y luego, abajo de la misma, la descripción de cada elemento del esquema. Al final la respuesta a la pregunta 3. No olvidar el título de la actividad y el nombre de cada uno.

El trabajo es individual.

¡SUERTE A TODOS Y GRACIAS POR EL ESFUERZO!

viernes, 18 de marzo de 2011

6º año: Nuestra visión de la sociedad (video)

 

"¿Qué imagen y qué palabra/expresión sintetiza tu visión sobre la sociedad?". Esa fue la pregunta planteada a los alumnos de 6º año de la Orientación de Humanidades. La actividad fue propuesta como inicio de la materia Sociología, con el objetivo de mostrar que el estudio de la sociedad depende de la mirada de quién lo haga.
El resultado, en este video.

¡Felicitaciones por el trabajo!

viernes, 11 de marzo de 2011

Si no existiera la comunicación humana…

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Trabajo colaborativo como inicio de la materia: Taller de Comunicación I.

El texto fue realizado en base a la reflexión escrita de los alumnos de 4º año B. De cada una, su autor o autora eligió una frase o idea, y este es el escrito que resultó al combinarlas.

¡Felicitaciones por el resultado!

SI NO EXISTIERA LA COMUNICACIÓN HUMANA…

Si no existiera la comunicación humana no habría forma de relacionarse con los demás, y no tendríamos personalidad propia. No me imagino la vida sin poder abrazar a un amigo, sin poder demostrar las emociones de la manera más simple, que es haciéndolo de persona a persona. La vida no sería lo mismo; sería un mundo extraño y sin razón. Además, no tendríamos nada, sólo nuestra soledad.

Lo que debemos hacer es aprovechar la cantidad de formas por las cuales podemos comunicarnos, porque si no existiera la comunicación humana el mundo sería terrible.  Cada persona viviría encerrada en sus propios pensamientos, ideologías y conocimientos. Seríamos seres solitarios, individualista, apartados totalmente de lo que hoy llamamos sociedad.

Si desapareciera la comunicación tendríamos que preguntarnos por qué llegamos a esa instancia. Sin ella, nuestro cerebro se queda sin luz, a oscuras, nada entra y nada sale. Ninguna información que procesar, nada que pensar. Y poco a poco nos apagamos. Encerrándonos en un mundo, en el que cada uno viviría solo.

Sería una vida muy aburrida y fría ya que solo pensaríamos en nosotros porque al no poder entenderse con el otro no habría forma de saber sus intereses, qué le pasa en el momento ni tampoco pedirle cosas. Porque que te estimule a reír, llorar, vivir, morir, no importa; la palabra simplemente acciona. Sin palabras, la raza humana sería solo una especie que ocupa lugar.

Si no existiera la comunicación humana no se podría concretar un diálogo, no se podrían entablar nuevos proyectos, ni nuevas relaciones con las personas.

La comunicación es un puente importantísimo para poder expresarse con los demás, y si dejara de estar viviríamos en un mundo oscuro.  Nacimos perfectamente imperfectos, nos equivocamos y aprendemos, pero en tan solo una expresión (un suspiro, una mirada penetrante o un bostezo) o en un objeto, la comunicación está presente siempre.

Las diferentes comunicaciones hacen la diferencia entre los humanos y los animales. Si no existiera la comunicación humana, nos veríamos raros, en un mundo irreal, viviendo entre silencios. El ser humano necesita de las demás personas para poder desarrollarse en todo los aspectos de su vida.

Sin comunicación no existiría la vida del ser humano ni razón alguna para vivirla. Sería un mundo lleno de personas pero sin humanos. Estaríamos estancados en el tiempo ya que el mismo se tornaría lento y cotidiano y no avanzaríamos a ningún lado, no tendríamos respuestas de nuestras propias preguntas porque no sabríamos ni cómo responderlas. 

La comunicación es básicamente una de las herramientas más importantes que tiene el ser humano para poder protegerse a sí mismo y crecer, y si desapareciera habría muchos problemas, ya que es esencial para toda persona. Cuando hay comunicación, hay más comprensión entre las personas. Comunicarse es relacionarse, y ésta es una necesidad.

Si la comunicación no existiera nuestras vidas serían monótonas, aburridas, y el desarrollo del ser humano no sería el mismo. ¿Cómo haríamos para expresar lo que sentimos? Si ni siquiera podríamos escribirlo en un papel aunque sea. Si no existiera la comunicación, nada sería igual. No podríamos hablarnos, no podríamos comunicarnos siquiera con imágenes.

En fin, gracias a la comunicación podemos realizar la mayoría de las cosas cotidianas que hacemos. Por eso, el mundo no sería mundo sin comunicación humana.

jueves, 10 de marzo de 2011

Qué es "Ágora"?

Ágora (del griego ἀγορά, asamblea, de ἀγείρω, reunir) es un término por el que se designaba en la Antigua Grecia a la plaza pública de las ciudades-estado griegas (polis).
Así comienza una definición que podemos encontrar en Wikipedia. Es un concepto complejo, porque involucra una enorme serie de nociones y términos que expresan la cultura propia de la época. Por eso, entender qué representaba el ágora para los griegos implica entender cómo esta su modo de vida, su cultura.
Proponemos una tarea: elaborar una red conceptual, esquema, diagrama o lo que se pueda en donde se enlacen las distintas nociones que se relacionan con "ágora". Para eso, deberás investigar algo de la cultura griega y centrarte en la idea de ágora.
Puedes utilizar cualquier software que te ayude a hacerlo. Luego, lo envías a jjrisolo@hotmail.com
Tienes tiempo hasta el lunes 14/03/11 a las 11 a.m.
Suerte!

Cultura Griega I: los dioses griegos

Todos los pueblos han tenido, en sus orígenes, relatos mitológicos para explicar las principales características de su pueblo: el origen, el idioma, la idiosincrasia cultural.....
Para introducirse, entonces, en la cultura griega, es necesario conocer a grandes rasgos, su mitología: dioses, héroes, lugares legendarios. Los documentales a continuación apuntan a esto: saludos a Zeus!









CmapTools: Para hacer esquemas y diagramas

CmapTools es una herramienta para confeccionar esquemas conceptuales. El objetivo del programa consiste en presentar gráficamente conceptos teóricos.
Este fin lo lleva a cabo mediante una completa lista de recursos visuales que permiten vincular ideas de diferentes formas.
CmapTools dispone de un acceso vía Internet a una ingente colección de trabajos que pueden servirnos como guía para nuestro proyecto, o simplemente como base que modificar para empezar a diseñar un mapa conceptual.
Convertir los esquemas directamente en formato web es otra de las aportaciones realmente gratificantes de este programa, ya que facilita enormemente la publicación y difusión de los trabajos.
CmapTools es un programa realmente completo y útil. Merece la pena invertir algo de tiempo en aprender a manejarlo.
Fuentes: Softonic / Eduteka
Enlaces útiles:

 

Guía rápida de elementos básicos del programa:



IMPORTANTE: Como cualquier otro programa, CmapTools guarda sus archivos en un formato especial, que sólo puede aquel que tenga el programa instalado. Sin embargo, existe la posibilidad de EXPORTAR COMO IMAGEN (como si fuera una foto) el esquema realizado. Esto es fundamental en caso que quieran enviar el esquema al profesor o compartirlo con otros.


¿Cómo exportarlo a imagen?

miércoles, 9 de marzo de 2011

El Ágora del siglo XXI

PARA EMPEZAR A PENSAR Y A PENSARNOS…

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Fuente: elpais.es

 El ágora digital

Internet es una nueva plaza pública que, como tal, requiere una organización que permita un tráfico regulado. No debería convertirse en un universo caótico y acrítico. La figura del editor es clave

ANDREU JAUME

EL PAÍS  -  Opinión - 23-02-2010

La paulatina implantación en España del libro digital ha empezado a suscitar en el gremio entusiasmos y detracciones de diversa índole, indignados unos por la marginación de la imprenta, angustiados otros por cuestiones relativas a los derechos de autor y encantados algunos con lo que consideran, gracias a la alquimia cibernética, la imparable universalización de la cultura. Sin ánimo de menoscabar ninguno de estos asuntos, todos ellos de incontestable trascendencia, quizá valga la pena llamar la atención sobre otras cuestiones que sobrevuelan, de un modo menos aparente, el actual panorama literario, y cuya cabal apreciación tal vez ayude a nutrir el debate en torno a esas preocupaciones.

No hay duda de que nos encontramos en una encrucijada cuyos caminos dibujan brumosas fugas. El ruido y la confusión de estos días recuerdan de algún modo a la algarabía del siglo XIX, cuando la consolidación de la burguesía trajo consigo la apoteosis de la novela, la incorporación a la lectura de las nuevas masas urbanas, la eclosión del periodismo y, en definitiva, la arquitectura de una nueva concepción democrática de la cultura que desembocaría, ya en el crepúsculo de esa época, en una reacción y en una crisis que duraría hasta bien entrado el novecientos. Ahora, como entonces, vivimos una profunda transformación de los medios de difusión literaria cuyo alcance todavía no vislumbramos pero que deberíamos empezar a juzgar con mayor cautela y espíritu crítico.

Por encima de todo, Internet es una nueva plaza pública que, como tal, requiere una jerarquía y una organización que permitan un tráfico regulado. El entusiasmo desmedido por la tecnología ha llevado incluso a algunos a proclamar eufóricos, por ejemplo, la desaparición de los editores en el nuevo régimen virtual, partidarios de una red libre donde los autores serían empresarios y publicistas de sí mismos, aliados fraternalmente con sus lectores. En la práctica, esta propuesta supone condenar a los escritores a la autoedición en un mercado atestado de creadores que, sin orden ni concierto, se desgañitan por vender sus obras a cuatro amigos que al final, hartos de tanta payasada, acabarán leyendo Anna Karenina.

Además de muchas otras misiones peregrinas, un editor cumple una evidente función social, inspirada en el criterio con que construye su catálogo y orientada a mediar entre el autor y su público ideal; una labor que, en última instancia, ayuda a configurar ese espacio común: el ágora de la polis. Para culminar su trabajo satisfactoriamente, el editor necesita otra figura que últimamente parece condenada al ostracismo: el crítico. Sin crítica no hay literatura porque simplemente no hay lectura eficaz. Si el editor, para entendernos, representa al autor, el crítico se erige como abogado del público, aunque muchas veces impugne o condene su gusto. La responsabilidad del editor estriba también en exigir una crítica combativa y valiente, capaz, sí, de desautorizar sus elecciones y entablar así la contienda sin la cual una cultura no puede aspirar a elevarse y perpetuarse. Tan importante como la libertad de expresión es la necesidad de juicio, que es una cuestión moral. Internet no debería convertirse en un reino acrítico donde todo tenga el mismo valor. En Estados Unidos, por ejemplo, la crítica literaria está desapareciendo de los grandes periódicos para refugiarse en una infinidad de blogs que proliferan en el caos digital, dirigidos a grupos de lectores cada vez más reducidos y vecinales, un proceso que paradójicamente convierte la pretendida universalidad del invento en una inesperada regresión provinciana: la hoja parroquial.

La edición de poesía, por poner un caso concreto, se ha resentido claramente de la deserción crítica. El lector, ante la ausencia de una lectura pública y consistente de tal o cual poeta joven, se ve obligado a recurrir a la enésima edición de Auden, Eliot o Lorca con la que el editor llena su programa tras haber comprobado la inutilidad de publicar esos otros poemarios desconocidos que vuelven intactos de la librería al almacén sin que nadie les haya dado voz.

La debilidad de la crítica está relacionada, por otro lado, con la deslegitimación del principio de autoridad, usurpado por una democratización de la opinión que en realidad supone una perversión y aun una degradación de la idea de democracia. Basta ver la general banalidad de la participación de los lectores en la prensa digital y la intoxicación que a su vez produce en la calidad de la información. El síndrome se ha extendido incluso fuera de la Red. Todo el mundo parece estar encantado de que la televisión haya ideado un programa como Tengo una pregunta para usted, donde una selección de ciudadanos -la idea romántica de pueblo- sustituye al periodista o al politólogo a la hora de interpelar al presidente del gobierno o al líder de la oposición, con el inevitable empobrecimiento de la dialéctica entre el poder y la opinión pública, uno de los principales puntos de articulación de una verdadera democracia.

La crisis que tuvo lugar a finales del XIX y que apuntábamos al principio se gestó en un escenario parecido. El máximo representante entonces de la defensa aristocratizante de las letras frente a su secularización demótica fue, inevitablemente, Mallarmé, que cifró su poesía en las sentinas del lenguaje para ahuyentar a los lectores de periódicos y novelas. El eco del hermético resonó a lo largo de la primera mitad del siglo XX y perdura todavía en un escritor como Nabokov, cuya aversión hacia Freud implica, entre otras cosas que ahora no vienen al caso, un rechazo de la colectivización de la creatividad -el psicoanálisis y la interpretación de los sueños supusieron para algunos el reconocimiento de la universalización de la capacidad creativa-, intolerable para un escritor que se había educado todavía en el principio de la alta cultura y en el desprecio más absoluto hacia el filisteísmo.

Ahora, a principios del siglo XXI, afrontamos un fenómeno similar, aunque de diagnóstico más problemático. Internet podría verse como un nuevo inconsciente gracias al cual uno puede ser transitoriamente culto, artista, editor o periodista. No se trata ahora de oponer un elitismo pueril, sino de reclamar un mínimo de atención hacia ciertas inercias que están tomando carta de naturaleza. La Red permite sin duda la ampliación del derecho fundamental a la información y la cultura, pero pone de manifiesto también el problema cada vez más ominoso de la educación. El crítico inglés James Wood ha dicho con mucha gracia que Internet es como una fiesta a la que uno llega cuando todo el mundo está ya muy borracho. Y ya se sabe que para estar a la altura hay que beber muy rápido y perder la conciencia cuanto antes. Como lector agradezco todavía, en este sentido, que haya quien tenga la autoridad suficiente para hacer callar e incluso para echar al más pesado de la fiesta.

T. S. Eliot, uno de los pocos que pudo ser autor, editor y crítico al mismo tiempo, respondió una vez a un indignado escritor al que le había rechazado un manuscrito con la siguiente declaración de intenciones: "Me pagan para evitar que se publiquen tantos libros como sea posible". I am nothing if not critical ("No soy nada si no soy crítico"): las palabras de Yago parecen siempre resonar tras la voz del impertinente poeta.

Sin una respuesta crítica, tanto el autor como el editor acaban trabajando exclusivamente para el mercado, un camino que inevitablemente conduce al totalitarismo intelectual, gobernado por una sola idea y donde nadie exige nunca nada a nadie. La llegada del libro digital quizá sea una buena oportunidad para proponer una reflexión en profundidad en torno al oficio de escritores, editores y críticos -más allá de cuestiones técnicas o legislativas-, sin olvidar la idea del ágora, cuya preservación como espacio indispensable para la creación y transmisión del conocimiento quizá sea el principal reto de nuestra generación.